Ruta de los robles centenarios de Bustillo

Valderredible esconde muchos tesoros y uno de ellos son sus robles centenarios

Realizamos la ruta interpretativa con la Red de Centros de Visitantes del CIMA del Gobierno de Cantabria, que la denomina ‘Los abuelos del bosque’, y una guía magnífica, Marta.

Es un camino circular de 6,9 kilómetros muy bien señalizado y sencillo que también se puede realizar por libre. Se puede ampliar para hacerlo más duro o bien ir directamente a ver el roble centenario –milenario según la creencia popular– más famoso de todos, el Joven, en un recorrido muy cortito para los menos habituados a andar. El tipo de firme es mixto, aunque hay alguna zona de mucho barro si ha llovido. Así que es necesario calzado adecuado.

La ruta con el Plan Provoca parte de Bustillo del Monte y dura unas tres horas y media. Este bosque llegó a estar conectado con el del monte Hijedo. Era una masa forestal inmensa y muy frondosa, la llamada selva de Hijedo, que el hombre fue recortando para diferentes usos: construcción de navíos, leña o para alimentar las ferrerías entre ellos.

Bustillo del Monte se asienta en una ladera frente al Monte Costisanti, también conocido sencillamente como Monte de Bustillo por el pueblo. En su bosque podremos ver más de 60 robles albares –quercus petraea–, de más de 500 años de antigüedad, aunque los más abundantes son los quercus pyrenaica, el roble rebollo, más fino y menos espectacular. En algunas zonas de España se le llama melojo, término peyorativo que viene del latín, malum folium, mala hoja.

Los cuatro robles centenarios más famosos de la zona son el Joven, el Abuelo, la Piruta y los Gemelos. La Piruta, una cajiga –quercus robur– de 19 metros de altura está inventariada como el número 210 del catálogo de árboles monumentales de Cantabria, está junto al pueblo de Loma Somera por lo que queda a desmano de la ruta circular.

El Abuelo se encuentra en muy mal estado debido a los rayos que ha recibido y a un par de incendios. La mitad de su tronco está muerto y no le quedará ya muchas décadas de vida. Un roble albar puede llegar a vivir algo más de 800 años.

Con el Abuelo malherido todo el protagonismo recae ahora en el majestuoso Joven de unos 25 metros de altura y un perímetro de 13 metros en el suelo.

En lo alto del monte tenemos unas estupendas vistas de la sierra de Peña Labra, con el Cuchillón y el Pico Tres Mares. Justo al inicio de la bajada por el cortafuegos que parte en dos el Costisanti nos encontramos a la izquierda un sendero señalizado con la ruta de los robles. A este cortafuegos se le llama la Cuesta del Gas por el gaseoducto que lo atraviesa. A lo largo de esa bajada nos toparemos con varios hermosos robles centenarios, entre ellos el llamado Barrigón, que parece un tonel. Quedan todavía restos de las carboneras, que servían para hacer carbón vegetal para alimentar las ferrerías. También nos encontramos en el llamado Huerto de los Chones o Huerto de los Jatos, un recinto rectangular cerrado con muros de piedras. Aquí se cruzaban las cerdas con jabalíes salvajes.

La ruta también tiene su misterio y continuando la bajada alcanzamos: La Pedraja de la Llana. Un llamativo canchal o peñascal de origen desconocido. Nadie sabe cómo se pudo formar algo así. No hay evidencias de que haya sido un factor humano o qué fenómeno geológico lo pudo crear. Atendiendo la mitología cántabra será cosa de ojáncanos.

Al borde del canchal están Los Gemelos, un roble con dos impresionantes troncos que salen de la misma raíz. Más abajo hay una segudo peñascal denominado La Pedraja, alrededor del cual también hay varios robles centenarios.

Al final de esa ruta circulas, o a su inicio, está el Joven. Para ver el Abuelo hay que tirar en lo alto de la Cuesta del Gas a la derecha. Conviene descargarse antes las diferentes rutas, pero hay varias variantes interesantes y con diferentes niveles de dureza.